DESCRIPCIÓN

El Valle de Curicó ofrece un entorno privilegiado para el cultivo de Carménère, la cepa emblemática de Chile. Este vino, elaborado a partir de viñedos plantados en 1940, refleja su autenticidad y riqueza. Con un clima mediterráneo y suelos aluviales, presenta un color rojo intenso, aromas especiados, frutas maduras y sutiles notas de menta y tabaco. En boca, sobresale por sus taninos suaves, acidez equilibrada y un final largo. Criado 12 a 14 meses en roble francés, es ideal para acompañar carnes magras, estofados y vegetales de temporada. Un tributo al terroir chileno.